Este sábado 20 de agosto en Buenos Aires se realiza una jornada de Trueque Digital que promete «una zona de intercambio análogo y digital, en la que se espera intercambiar música, libros, sticker y fotografías, de manera paralela los truequeros y las truequeras podrán intercambiar conocimiento sobre Cultura Libre asistiendo a las diferentes charlas que se tienen programadas».
Esta vez hay que felicitar a la La Nación por publicar el artículo «Entre el puntero y la nada» del sacerdote jesuita Rodrigo Zarazaga quien está escribiendo una tesis para su doctorado en Harvard sobre los punteros políticos.
La verdad les recomiendo leerlo sobre todo porque describe la situación sin los típicos lugares comunes que utilizan los columnistas estrella de nuestros hermosos medios de comunicación (¬¬). Es fácil para alguien que no tiene idea como es la situación del conurbano meter a todos en la misma bolsa pero como bien lo dice Zarazaga «Si creer que todos los intendentes son iguales es un error, también lo sería creer que todos los punteros lo son». En mi experiencia personal, cuando estuve trabajando durante un año cubriendo las noticias de La Matanza puede llegar a entender al menos un poco que significaba el intendente para los vecinos, necesitados de ayuda en todos los sentidos. Esto no quiere decir que muchas maniobras no sean horrendas y que hay que luchar por cambiarlas sino que es idiota generalizar y como en todos lados hay varios aspectos positivos; «El costo de tratar de dirigir la nación ignorando la situación en el conurbano quedó a la vista en el gobierno de De la Rúa».
El pasaje que me interesa destacar de la nota es el siguiente:
Algunos miembros de la llamada oposición parecen no entender que sus continuas diatribas contra el puntero y su repetido discurso sobre el fortalecimiento de las instituciones, aunque cierto y necesario, no deja de sonar esquizofrénico y neurótico en los oídos de quienes no comen o de quienes comen gracias al puntero.
Paradójicamente, en estos días, algunas agrupaciones piqueteras de izquierda coinciden con las clases alta y media en caracterizar al puntero como un abusador que, bajo un régimen extorsivo, tiene atrapados a los votantes más pobres. Hay algo de hipócrita en esta caracterización. Es fácil para el habitante de la clase media y alta denostar al puntero peronista, cuando ellos no lo necesitan para conseguir una ambulancia en la mitad de la noche o el imprescindible remedio para el hijo asmático. Por su lado, muchas de las agrupaciones de izquierda se manejan con la misma arbitrariedad que critican en los punteros; lo que ocurre es que compiten con ellos por los recursos, tanto humanos como materiales. Incluso, en algunas municipalidades y provincias donde los peronistas no triunfan, el aparato radical es indistinguible en su funcionamiento del peronista[…]No pretendo criticar con un discurso anárquico a las instituciones; al contrario, justamente el desafío es institucionalizar la asistencia a los más necesitados para que llegue sin arbitrariedad ni manipulación. Pero para esto es necesario entender que, mientras el puntero es -aunque interesado- un prójimo asequible, las instituciones del Estado están lejos del pobre, cuando no completamente ausentes. El puntero, incluso, capitaliza esa lejanía, ya que posee la información y los contactos para navegar mundos de burocracia que asustarían al mismo Kafka y que se vuelven un obstáculo infranqueable para los más destituidos. He visto cómo el aparato estatal arroja formularios a quien no sabe leer. El puntero jamás cometería semejante grosería.
Para empezar, agradezco a Julián que me pasó el link al post donde se encuentra este video del Centro de Monitoreo Urbano de la Ciudad de Buenos Aires que fue inaugurado a fines de mayo con: «20 puestos de control con 50 operadores capacitados trabajando las 24 horas del día los 365 días del año y 170 cámaras que transmiten sus imágenes al centro de monitoreo, donde operadores capacitados están listos para llamar al SAME, la policía o los bomberos si fuera necesario».
En el video podrán escuchar a Matías Molinero, Subsecretario de Seguridad Urbana, contar con bastantes dudas que registran alrededor de 60 «episodios» por mes entre los cuales supuestamente se cuentan » hechos delictivos, vandalismo, situación de calle, problemas de tránsito y otras situaciones». Entonces ¿vale la pena gastar plata en el sistema para lograr eso? Me parece que si se busca mejorar la seguridad esta no es una buena forma de utilizar el presupuesto; no va más allá de eso mi opinión. Vean los resultados e imaginen cuanto se debe gastar para mantener lo que les comenté en el primer párrafo. Encima es algo que ya sabíamos:
• La tasa de delito en la ciudad más vigilada del mundo, Londres, no ha bajado en absoluto.
• El gasto de montar un sistema de vigilancia generalizado es enorme y no cumple los objetivos declarados.
Todo eso sin contar todavía los riesgos de que las cámaras sean usadas para cuestiones ilegales como la persecución de minorías o monitoreo de grupos políticos (y guarda con que esos videos lo use la gente de la UCEP). En ese sentido, aclaran que «las grabaciones quedan guardadas por un máximo de 30 días, y sólo salen del Centro con orden judicial», pero habrá que controlar que cumplan.
• Tanto los atentados del 11 de septiembre en los EEUU como el atentado contra los subterráneos londinenses se hicieron a la vista de múltiples cámaras de seguridad sin que hayan sido por eso prevenidos ni evitados.
• La tasa de delito en la ciudad más vigilada del mundo, Londres, no ha bajado en absoluto.
• El gasto de montar un sistema de vigilancia generalizado es enorme y no cumple los objetivos declarados.
• Los usos no legítimos de estos sistemas de vigilancia tales como seguimiento de mujeres, persecusión de minorías, monitoreo de grupos políticos y activistas sociales son realmente graves como para no tomar medidas precautorias.
• En la mayoría de los casos, las grabaciones y registros de nuestras actividades en la vía pública quedan en manos de privados que no dan cuenta de qué hacen ni a quién entregan esa información.
Miren arriba a la derecha y notarán un pedido efusivo de algún pícaro que aprovechó que la foto la iban a ver miles en la blogocosa para meterse en la interna del GYM.
La ciudad de Buenos Aires amaneció con nuevos tachos, en reemplazo de los viejos naranjas. Ahora eligieron color gris para depositar nuestra basura de todos los días.
«La Fundación Wikimedia, administradora de la enciclopedia libre Wikipedia y de otros proyectos colaborativos globales, anunció hoy la elección de la Ciudad de Buenos Aires como sede para la realización de Wikimanía 2009, la conferencia anual de los proyectos Wikimedia. El evento, de cinco días de duración, atrae a numerosos usuarios de los proyectos de Wikimedia en todo el mundo, además de reconocidos activistas, bloggers y especialistas en tecnología wiki, software libre, cultura libre y movimientos sociales de la cultura de Internet, por lo que recibe una importante cobertura periodística internacional durante su desarrollo». Vía Franco Iacomella por Copada.net.